miércoles, 8 de diciembre de 2010
Cuentos a la noche de los cestos
- ...estoy bien, gracias. Es lo que tienen las estrellas, que acaba uno estrellao.
- !!!???
Sólo cuando se van distingo la compañía: basura, cajas de cartón y a su vera un viejo conocido, ese baúl de mimbre que, como suele ocurrir con estos individuos, acaban echándose a la calle. ¡Maldición, no me quito de encima el cesterío ni por asomo! ¡Ahora, seguro que empezará a contarme su vida, me lo estoy oliendo! Parece como si de un golpazo le hubieran desencajado la bocota. Pobre, comienza a enternecerme. Me arrimo a él. En fin, qué se le va a hacer, debe de ser mi sino. Cuenta, hombre, cuenta. Silencio. Alguien alguna vez dijo: ¿No escuchas ese terrible llanto a tu alrededor, ese llanto que los hombres llaman silencio?, y no sé por qué, esa frase se me viene a los labios. No suelta prenda, así que me limito a mirarle y claudicar ante aquellas palabras
¡Qué bien te echaron las teladas, rápidas pero sin prisas! -pienso-. Un cestero de los de antes, seguro, se nota su buena mano. ¿Y los mimbres? Aunque estás bastante castigao, aun conservan firme su asiento. ¿De dónde serían? ¿Cuenca? ¿Salamanca? ¿Valencia? Qué alegre debio de ser su vida allá, en los campos de donde fuese, reventando de mamá cepa para dispararse rápido al cielo acariciaditos por soles, vientos, noches y besos de gotas de lluvia. No te llevo para casa, que ya no me caben más huespedes.
Y me gustaría gritar: ¡Llevénse a este señor, que guardará sus prendas y, si le escuchan, les contará la suyas, las de artesanos, tierras lejanas y noches de acera y desolación! Pero no hay nadie, sólo silencio.
martes, 30 de noviembre de 2010
Barriles, el regalo de Isidro.
sábado, 13 de noviembre de 2010
Pirineos
A la mañana siguiente nos dirijimos a Alós rastreando las huellas de otro cestero contactado este verano. La casa, al menos, seguía en pié....desde mil setecientos y pico, y parecía que desde entonces lo único que había pasado por ella era el tiempo: ni un asomo de reforma, pintura, etc., en su fachada, el edificio parecía abandonado. Hasta que después de llamar repetidamente, "¡Cisco, Cisco!", Francisco apareció en el balcón despeinao y con cara de pocos amigos. Tiene ochenta y tantos años, soltero, vive sólo y no parece tener costumbre de guardar formas ni dar explicaciones de nada a nadie; muy interesante. -Hola Cisco, ¿te acuerdas de nosotros?, veníamos a visitarte y a ver si nos enseñabas algún cesto y cómo los haces. Con palabras que os ahorro, Cisco nos dejó claro que no tenía ninguna gana de ponerse a contarnos nada; hacía frío aquella mañana y estaba muy agustito junto al fuego de su cocina. No nos dimos por vencidos, volvimos a contraatacar dando la tabarra y dorándole la pildora hasta que vimos cómo iba cediendo y, aunque receloso, bajaba hasta el portal y salía a contarnos cosas. Le habíamos traído a nuestro terreno y ahora no debíamos dejarle escapar. No hizo falta, Cisco comenzó a disparar explicándonos una cosa, luego otra y otra y otra y cuando nos quisimos dar cuenta ya había realizado los dos aros con que comienzan los cestos de costillas de la zona y estabamos subiendo al monte con él en busca de avellanos con que seguir trabajando. A la vuelta continuó con el cesto hasta la hora de comer, dejándolo interrumpido para cuando volvieramos a la noche.
sábado, 6 de noviembre de 2010
Antonio
Y a la tarde toca cueva. O lo que es parecido, la grande, vieja y oscura lareira en cuyo horno calentaremos las varas. Porque es costumbre de Antonio 'cocerlas' al fuego antes de rajarlas para hacer las tiras -os malletes- con las que tejer los cestos. Si as quentas son mais dóciles e duran mais tempo.
viernes, 29 de octubre de 2010
Curso de bandejas
sábado, 16 de octubre de 2010
Corozas
Hace unos años impartí un curso sobre corozas, fué bien, pero habría que hacer más, bastantes más; y recoger, si aun estamos a tiempo -no es suficiente con lo que, en su momento, pude incluir en mi libro-, todos los testimonios posibles de aquellos que todavía sepan fabricarlas. ¿Por qué? No sé, ¿hace falta saberlo? Agradeceré cualquier información que me podais facilitar sobre gente que aun recuerde hacerlas o tenga alguna, etc.
domingo, 10 de octubre de 2010
Nubes
LAS NUBES
Yo no os había visto hasta aquel día,
iba bajo vosotras sin saberos,
decía acaso nube con descuido
o bien cogía una para un verso
como pañuelo claro en el andén
de la memoria; pero no os veía.
¿Qué haría mientras tanto; en qué comercio
oscuro me andaría con el sueño;
en qué mina de olvido, en qué caldera
apilaba el carbón de la desdicha;
por qué calles sin cielos vagaría
mirándome las puntas polvorientas
de los tristes zapatos, o con qué
visera amarga malogré mis ojos;
qué amor amargo los tenía presos
en espejos de sed, que no veía
las luminosas nubes?
martes, 5 de octubre de 2010
De Salt
La exposición y la conferencia de Jette Mellgren (cestera danesa invitada especial de este año) fueron muy interesantes. La primera se centró en tres tipos de piezas: cestos realizados con cables reciclados que, debido a la técnica de elaboración y al propio material permiten modificar su forma según la necesidad o gusto. Vestidos pensados para una colección colectiva y, finalmente, nidos inspirados en nidos. La conferencia hizo un recorrido por la cestería danesa, breve en cuanto al pasado debido a las pocas informaciones que se tienen y más extensa por lo que toca a la actualidad en la que, cestería, es equivalente a nuevas formas tanto en objetos como en grandes construcciónes a partir de técnicas 'importadas' en los últimos años a través de cesteros ingleses, franceses, etc.
También hubo certamen, el premio se lo llevó Antonio Rodriguez con un bolso exquisito tanto en diseño como en elaboración. Pero la cosa fue reñida, había mucha calidad en la mayoría de las cestas. El jurado (podían inventar otro nombre más bonito, ¿no?) estuvo de acuerdo en casi todo pero especialmente en que todas las piezas son igual de respetables y que esto de premiar es fundamentalmente por animar a la gente a hacer cosas por el gusto de hacerlas especialmente bien.
Y, qué más os cuento. Pues que, como es habitual en esta feria, la organización (nuestra enhorabuena a Carles Sabat por su excelente disposición en todo momento), proporciona a los cesteros una casa de colonias donde alojarnos, cenar, desayunar y en la que, de paso, charlamos hasta las tantas en tantos idiomas como podemos. El sábado se organizó un fiestón con cuentacuentos políglota y bailoteo hasta las mil en el que, cómo no, aprovechamos para reirnos con ganas de tánto cesto, cestero, cestería y cesterismo.
Arriba, foto de la pieza ganadora del Certamen. Pincha en ella para ver otras.
lunes, 27 de septiembre de 2010
Manos
viernes, 17 de septiembre de 2010
Salt
jueves, 9 de septiembre de 2010
La posada de las estrellas
El sábado pasado fuí a visitar a Gabriel y Reinalda a la residencia para ancianos de Almagro. Allí parece que los días pasan sólo a la espera del último. Hace dos años que tuvieron que dejar su pueblo y su esparto porque, como dice Gabriel: Un rayo ha caído en mi casa. Un rayo de desgracia y vejez. En su patio aprendí a hacer pleitas, 'coseeras', espuertas y capachos de igual forma que a saltear unas migas y comerlas todos en corro de la sartén. Verano tras verano allí con ellos hasta que el rayo cayó como un cerrojo que pone fin a lo que no tenía ninguno. La pleita posee una particularidad y es que podría estar trenzándose indefinidamente, porque sí, sin otro objetivo que el de ir haciéndose, sin necesidad de ser apresada en ningún cesto.
Algo parecido se diría que le ocurre a esa 'Posada de las estrellas' cuando uno ve la mirada que alzó en Reinalda su alusión: que siempre está abierta y entrelazando vidas. Ahí, el sueño de Gabriel camino de Puertollano se trenza en pleita con la fugaz fuga de Reinalda de la triste residencia; con estas vanas letras que intentan dar testimonio de ello; con lo que a ti, lector, te pueda estar haciendo revivir esto que nunca viviste.
miércoles, 18 de agosto de 2010
Ahondando
domingo, 25 de julio de 2010
Pepe de Visuña
El 'almacén', en los bajos de la casa-taller, como bodega pequeña y oscura donde maduran, blancas, las laminas de madera en silencio sin más.
Por fin, el taller, escaleras arriba, mezcla la barra, la tele y las viejas estanterías de la antigua cantina que fué con los cestos hechos o a medio hacer que allí se tejen en los días de invierno. Otra vez "el más hermoso de los revoltijos" * y, murmurando en él, un tumulto de lejanas voces que quedaron de cuando gentes, vinos, comidas y fiestas se reunían allí.
Pepe hace los cestos que hacía su padre, otros, pero los mismos, y nos cuenta cómo aprendió y cómo sigue en ello a ratos, para matarlos en los días fríos y porque la gente aún le pide algun mego para las castañas o el pan.
Y como cada año, yo también me repito: "Pepe, a ver si este invierno me vengo unos días contigo para que me enseñas cómo haces y de paso te pueda hacer unas fotos y grabar un vídeo". En fin, uno de estos inviernos.
sábado, 10 de julio de 2010
Mas de Barberans
viernes, 2 de julio de 2010
encuentros tras los Encuentros
"Hoy me hubiera gustado que estuvieses con nosotros, hemos visitado a Carlos "er Soleta". Ha sido muy emocionante, se nos puso hecho un flan cuando le dimos la foto pincha aquí, alguna lagrimilla se le escapó, aunque luego no lo reconocía; le temblaban las manos y estaba tan agradable como siempre...."
Esto me escribió mi amiga Mari Ruiz el otro día y la foto a que se refiere es una de Carlos "er Soleta" que, junto a otras de cesteros, colgaron en el lugar dedicado a los ausentes en la jaima andaluza de los Terceros Encuentros de Cestería.
Ya veis, tras los Encuentros continúan los encuentros.
Fotos de Mari Ruiz
domingo, 20 de junio de 2010
Final de curso de cestería de reciclaje
jueves, 17 de junio de 2010
Reciclaje 2
martes, 15 de junio de 2010
Curso de reclicaje
sábado, 12 de junio de 2010
Tras los encuentros
miércoles, 9 de junio de 2010
Fotos de Fernando Verez
lunes, 7 de junio de 2010
Y cuarto, que no Cuartos
Sí, se acabó.
domingo, 6 de junio de 2010
Tres de Terceros
sábado, 5 de junio de 2010
Dos, dos
Simo Lappi tejió luz blanca trasformada en inmaculadas láminas de madera de pino.
Continuó Francisco bailando la caña en el aire y Anna-Maria sorprendiendo a sus alumnos con las posibilidades de la corteza de castaño.
Y más, mucho más claro, pero es mejor acercarse por el Rato y dejarse enredar.
Hoy: conferencia de Antonio Rodríguez sobre el palmito, seguro que recogerá palmas del público. Curso de Anelma de cestería elaborada con nudos de macramé. Curso de Francisco sobre cestería de caña. Demostración de Pertti con cestería de corteza de abedul (atención! hará uno de sus encantadores zapatos). Demostración de Ramón Laxe sobre paxes da mariña lucense y de José Anido sobre cestas de madera de sauce.
viernes, 4 de junio de 2010
Arrrrranque Encuentros de Cestería
domingo, 23 de mayo de 2010
Montemayores
- "¿A las seis de la tarde y con fiestas en tu pueblo?"
- "Sí, hizo una semana muy buena pero hoy llueve y hace frío".
- " ¿Y por eso te metes en la cama?"
- "Cuando me pongo en manga corta ya no me da la gana quitarmela hasta el invierno, así que, como tengo frío me meto en la cama"
- "Ah, ya. ¡Buena idea Dani!".
Aparecí unos días después por Baños. Hacía calor y Dani, en manga corta y rodeado de sus chicas, preparaba madera, es la época. Después de cortarla en marzo, desde ahora y hasta el verano se dedica a cocer los palos en el horno, rajarlos y dejar las verganchas conseguidas a secar al sol antes de almacenarlas.
Tras comer marchamos al pueblo vecino: Montemayor del Río. Montemayor es el lugar donde se elabora la mayor parte de los cestos de castaño que se comercializan en España. Hay aún bastantes talleres familiares de producción y dedican muchas horas a ello; darse una vuelta por este bonito pueblo lo confirma pues a penas se ve gente por sus calles.
Pero a falta de gente, madera. Es un espectáculo que recomiendo a cualquiera visitar Montemayor en primavera; las fachadas de las casas, los muros de las fincas, las propias fincas, cualquier lugar al aire es bueno para poner el castaño rajado a secar. Impresiona ver el pueblo abriendose en madera por todas las esquinas, parece la diástole de un corazón cesteril.
En tanto sigue Dani, solo en Baños de Montemayor, haciendo su cestería fina y colocando la madera al sol en la placita que rodea su taller. La sístole de aquel corazón.
En la foto, Dani en su taller. Pincha en ella para ver otras de Montemayor.
martes, 11 de mayo de 2010
Avance
domingo, 9 de mayo de 2010
Talleres
La falta de intención de la que el otro día hablábamos.
Recuerda la sentencia del maestro algo tan simple como adentrarse en muchos de los talleres cesteros, sobre todo si son rurales. El más o menos azaroso encuentro de una multitud de materiales, herramientas, útiles o piezas cesteras con todo aquello que no tiene mucho que ver con esta actividad da como resultado unos espacios hermosísimos y llenos de vida, ya sea por alegría, desolación, o confusión de lo uno y de lo otro. En ellos los cesteros pululan representando a las claras lo que todos somos dentro y fuera de cualquier lugar: cosas entre las cosas. Que de esos revoltijos salgan por la puerta objetos tan ordenados y organizados en su composición como son los cestos no deja de ser sorprendente, o más bien, lógico. Tanto como la tela de araña que se afirma entre un montón de mimbres caídos en cualquier esquina.
Más talleres pinchando en la foto