martes, 30 de abril de 2013

Cobijos

Venía de atrás. De un junco encontrado en la ribera del Duero a su paso por Zamora. De alguien que lo cogía y se lo regalaba a alguien que agonizaba en un hospital. De las últimas caricias que unas manos daban a una cosa de este mundo. De uno que pasó por allí y contó cómo los niños hacían barquitas con juncos como ese y las echaban al río. De un dibujo explicando su fabricación.
De un intento por repetirlas. De un enamoramiento de toda esa historia, de esas navecitas. Y entonces llegó una llamada de la lejana Dinamarca invitándonos a participar en un encuentro de eso que llaman 'Land art'*. Había ciertos motivos que debían de servir como inspiración, uno de ellos: 'los cobijos'. Y a mano teníamos un refugio de beso: niños, caricias, juncos, adioses, al fin, efímeros barquitos que duran un tiempo imposible de contar.
Foto de Anne Mette Hjornholm
Así que, adelante!, nos dijimos; que sean barcos, muchos, de mimbre, blancos, que salgan a la luz y la reflejen. Al borde del lago montamos el astillero; un poco más allá, el dique seco.¡Cestería de ribera! Y manos a la obra. Siete fueron,- ¿por descapitalizar pecados?-. Y vino la botadura. Y tan pronto navegaron sobre las aguas, comenzaron a hundirse en lo que viene quedando atrás.
Pincha en la foto si quieres ver más. Click on the picture for more.
 
*El encuentro se denominaba "Lae & Leben" (más o menos, 'Cobijo y Vida'), y la invitación de Jette Mellgren y Jan Johansen nos la hicieron a Joan Farré y el que escribe. La celebración tuvo lugar entre el 15 y el 21 de abril en la isla de Lolland (Dinamarca) y a el fueron invitados también otros artistas/artesanos de diferentes partes de Europa. Las instalaciones permanecerán expuestas hasta octurbre. Próximamente, Jan y Jette informarán sobre los resultados de todo este evento con fotografías y vídeos. Cuando lo hagan os lo haré saber para que podais ver las instalaciones de todos los participantes. De momento esta historieta sobre el nuestro, que titulamos 'El cobijo de la infancia' y un gran agradecimiento a Jette y Jan por todo lo que están haciendo por la cestería europea. 

lunes, 8 de abril de 2013

Lae & Leben

Lejanamente, algo así como Cobijo y Vida aunque, como ya nos informaban los organizadores, es difícil de traducir Lae & Leben, un juego de palabras entre alemán y danés. Bueno, pues ése es el título del proyecto de construcción de estructuras al aire libre en el parque Reventlow de la isla de Lolland (Dinamarca) al que hemos sido invitados un grupo de personas de distintas partes de Europa relacionadas con este mundillo de las fibras vegetales (pincha en la foto para más información). La ejecución de las piezas tendrá lugar entre el 14 y el 20 de abril y permanecerán expuestas al público hasta el 30 de setiembre. Resulta que, en esa llanísima isla, el suelo carece de piedras por lo que los granjeros tienen la costumbre de plantar árboles de crecimiento rápido como el mimbre o el chopo a fin de proteger sus cultivos del fuerte viento reinante. Pues bien, la idea de cobijo, protección, trabajados con mimbres/chopos es la primera que los organizadores nos sugirieron como motivo de inspiración para la realización de nuestras obras. La circustancia de que ciertas especies de murciélagos aprovechen las especiales características de flora y fauna de esta isla para buscar cobijo fue el segundo motivo/referencia, como se ve, muy conectado con la anterior. Como ocurrió en el 2011, cuando con semejantes intenciones de construcción al aire libre, la Aftenskole organizó el proyecto Between Sea and Sky en aquel mismo país, en esta ocasión hemos vuelto a formar grupo Joan Farré y el que escribe. Nos lo pasamos tan bien y la compañía fue tan provechosa que al ser invitados ahora no hemos dudado en repetir. Dando vueltas a las propuestas que nos ofrecían, pensamos en tomar la idea de refugio/cobijo como punto de partida para realizar nuestras estructuras. Aquí os va el texto que enviamos a los organizadores para la presentación de lo que más o menos haremos y que, como veréis, juega a utilizar aquéllas palabras como metáfora para trasladarlas a otro lugar.
El refugio de la infancia
El viento, del que los habitantes de Lolland han intentado siempre cobijarse, provee hoy día de muchas horas de alegría a niños y adultos que se dejan volver a serlo. El mar y el viento facilitan el vuelo del pensamiento. Los niños juegan con juncos y mimbres tejiendo unos barquitos que después, uno tras otro, echan a navegar por el río. Son efímeros, unos cuantos metros más allá los navíos se irán hundiendo sin dejar más rastro que el recuerdo de haberlos fabricado y la sonrisa de verlos flotar. Metáfora de la vida: hundido un intento, vuelta a empezar. Hacer barcos, entregarlos al agua, sonreír, verlos naufragar, repetir: sale a flote el niño que hay en nosotros y que nunca acaba de desaparecer, que nunca acaba de aprender. En él nos cobijamos e invitamos a cobijarse a los demás. 
Más allá del acierto o no de nuestro intento está el enorme agradecimiento que desde aquí queremos expresar tanto Joan como yo a nuestros buenos amigos Jette Mellgren y Jan Johansen, artífices de estos proyectos tan interesantes.

lunes, 1 de abril de 2013

Nomadeando cursos de mimbre vivo

Se trataba de hacer cursos de construcción con mimbre vivo y la Escuela Nómada de Cestería se detenía acá y allá para, sobre la marcha, llevarlos a cabo. Las invitaciones llegaron de Robledillo de la Vera (Cáceres), Ozaeta (Alava), Fontanos de Torío (Léon) y finalmente, La Huerta de S. Lorenzo, en Segovia.



Bajo el sol o la lluvia, el viento o la nieve, el frío o la noche, con formas habituales o inventadas sobre la marcha, ensayábamos vallas, columnas, bancos, nudos, remates, etc., que al sol, la nieve o el viento quedarían expuestos. ¿Qué dirán los mimbre de eso? ¿Brotarán sus palabritas/hojas a las templanzas de abril y mayo? Alguien habrá que sepa escucharlo. O verlo.


Entre tanto, las gentes, pensando que más o menos nos entendemos, hablamos de lo interesante que es esto de construir cosas con varas, de las muchas posibilidades que ofrece, de lo fácil que resulta y, cosa sorprendente, de la curiosidad que a muchos se les despierta por la cestería de hacer cestos a partir de este otro tipo de uso menos convencional del mimbre. Acabado el invierno, parte el furgoncillo de la Escuela rumbo a ni se sabe, la primavera grita que late y ahí, a la vera del camino, unos juncos se mecen al vaivén del olvido y el viento. También ellos forman una estructura viva, pero diferente, tan hermosa que te hace recordar las palabras del viejo y oscuro maestro : Tal como revoltijo de cosas echadas al azar es el más hermoso revoltijo, así el mundo. (Heraclito). Y te preguntas ¿qué no es azar?, mientras con algunos de aquellos junquillos tejes un cesto asombrándote de los azares que te llevaron a saber hacerlo y de los que, sin más rumbo que el de dejarse llevar, te conducen a enseñar a otros.