miércoles, 18 de julio de 2018

Rif (1). Al encuentro de las cesterías de esparto y palmito.

A través de una llamada recibida el pasado mes de febrero, Pascal Janin (estudioso de la producción de esparto) me animaba a presentar una solicitud para participar en un proyecto de colaboración UE-Marruecos cuyo fin era el 'Mejoramiento de las producciones artesanales culturales – apoyo a la cestería de la provincia de Al Hoceima'.
La zona del Rif, con capital en aquélla ciudad y tierra de bereberes, es conocida en el mundo de la cestería por la excelente calidad de sus trabajos en palmito y especialmente por sus finísimos sombreros tradicionales. Paralelamente a aquélla está la fabricación de objetos de esparto, mucho menos extendida y limitada prácticamente a la producción de serones para caballerías y cuerdas trenzadas a mano para el atado de los silos de paja.

Finalmente fui seleccionado para participar en el proyecto junto al propio Pascal y Antonio Rodríguez, buen amigo y gran experto en la cestería de palmito.
Nuestra labor tendría tres cometidos:
- Trabajo de campo para investigar las producciones de ambas cesterías, esparto y palmito, en el área.
- Evaluación sobre los datos recogidos en el paso anterior.
- Talleres, dirigidos a hombres y mujeres de la zona, en que modestamente pudiéramos aportar algunos conocimientos acerca de técnicas u otras particularidades que, fruto de la evaluación previa, hubiéramos echado de menos en sus trabajos cesteros.
A fin de llevar a cabo este programa, Antonio se centraría en el mundo del palmito, Pascal ejercería como jefe de equipo y el que escribe realizaría las mismas funciones que Antonio respecto del esparto.
El día 25 de junio partíamos del puerto de Motril (Granada) rumbo a Alhucemas. La estela del barco, en su trajín de hacerse y deshacerse, invitaba a recordar que camino y herida son uno en el mar y en nuestro día a día. De esa herida, de ese revivir empujado por lo vivido aquellos días iré dando alguna cuenta por este blog de cuando en cuando si el ánimo no me flaquea. Vaya de momento esta introducción y, pase lo que pase, shukraan (gracias) a la buena gente de aquellas tierras que tan bien nos trató.