"Vaya, que pena...". "Antes todos los hombres los hacían, ahora, nadie..." " Y usted no me enseñaría...?". "Sí, hombre, sí....". "Pues vendré más adelante..." "Pues tengo 87 años así que no tardes mucho...". Y la cabecita que se te dispara y la lengua que lanza un: "y si no es mucho pedir, ¿me podría enseñar esta tarde? Mire, yo me voy a comer un bocadillo por ahí, al monte, y de paso corto unas varas de avellano. A la hora que usted me diga vuelvo y nos ponemos. ¿Qué le parece?". "Bueno, pero sólo te doy una dirección que yo no lo puedo hacer ya!" . "Sin problema, usted dirige y mis manos hacen". "A las 4 pues. ¡Con 50 varas!". "¡Vale!". Y te comes el bocata a toda leche, y cortas las varas a más leche aún, y vuelves a las 4 sin resuello y con las cámaras a punto. Y comienza. Y aquel abuelito que hace un rato se te confesaba sin ganas e incapaz ya de hacer un paxo, se arrodilla sobre una tabla, coloca las varas y empieza a tejer.
Y tu, por cumplir, y mientras le ametrallas a fotos y vídeo, le dices que te lo deje hacer. Y dice que después. Y después es cuando ya casi ha acabado el culo. Y tu no has dejado de asombrarte otra vez, pero de nuevo, de cómo de un viejo y seco tronco brota una ramilla verde, quizás al calor de lo que fue su actividad y vida. No sabemos nada.
Disimulo y tejo un poco. Sigue él: explicando, haciendo, sin distinguir una cosa y otra. Yo, dale que te pego, cámara, fotos, asombro, alegría.
Y termina el paxo, y lo arroja de si, como hacen la mayor parte de los cesteros al acabar. Parece como si, una vez hecho, aquéllo ya no tuviera importancia, molestara incluso, y que lo bueno estuviera en el hacer, en el ir haciendo. ¿Metafora de la vida?
Otra sonrisa de Pepe. Jo! La tarde ha ido cayendo y apenas se ve. Abrazos. No nos conocíamos, no nos conocemos, tan sólo un momento juntos, el justo para hacer un cesto, y sonreirnos, y abrazarnos.
Otra sonrisa de Pepe. Jo! La tarde ha ido cayendo y apenas se ve. Abrazos. No nos conocíamos, no nos conocemos, tan sólo un momento juntos, el justo para hacer un cesto, y sonreirnos, y abrazarnos.
4 comentarios:
precioso!
:-)
Gracias shichimi...Bonito nombre y fotito!
Que historia tan bonita. Que suerte. Un abrazo
Pues, sí, una suerte cruzarse con gente tan buena como Pepe y poder aprender de él. Un abrazo, José.
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