domingo, 13 de febrero de 2011

Campanario

Al toparme con aquella antigua tiendita de comestibles que aún conservaba intacta el museín del pueblo, el recuerdo de mi padre niño jugando a robar patatas -como él me contaba- en una semejante, me asaltó cual bandolero que te despoja de todo y te deja desnudo en medio de un paraje inhospito desangrandote por la herida que te abrió en las entrañas. No hay otro lugar donde protegerse y curarse de estos ataques más que el del fortín del olvido, pero tiene incontables brechas y los cimientos de barro.
Y por olvidar paso adelante visitando este otro museo que Juan Sánchez tiene en Campanario *, la Serena profunda de Badajoz. A estas tierras se viene a escuchar el silencio, algo así le decía su padre a Isabel Escudero, a quien agradezco que me diera el contacto.
Más que museo yo lo llamaría interesantísima colección; de cantidad de piezas relacionadas con esta comarca que Juan, hijo enamorado de ella, ha ido recogiendo y guardando durante muchos años y a la que se suma otra de figuras-esculturas que él mismo ha hecho con materiales recogidos en el campo: ramas, raíces, cardos, semillas, piedras, fibras vegetales.... Y además, ¡lo que no vemos!, todo el archivo fotográfico, oral , etc., que atesora en su casa y que precisaría de muchas visitas para ahondar en él. Y de nuevo te cabreas viendo todo este rico material apilado en un garage por falta de medios particulares y por la permanente obstinación de los poderes 'públicos' y económicos en seguir relegando a la miseria lo que tan hermosamente el pueblo fue y va destilando de ella. Y es que no hay que engañarse, como dice don Fernando Pessoa: un nuevo dios es sólo una palabra, y a buen entendedor pocas bastan.
Pero siguen las manos, entre risas, conversaciones y silencios, tejiendo la juncia en Campanario. Manos de pastores reunidos en la placita dedicada a ellos con estatua y todo. Un placer poder presenciar a estas alturas de la historia estos corros de sabiduria cestera.
Y por fin, los chozos, esas construcciones también pastoriles que, fabricados con paja o juncos en ocasiones, hasta hace sólo unas decenas de años servían de vivienda en las majadas de la Serena. Juan, cómo no, ha investigado sobre ellos y no sólo eso, sino que acaba de publicar un libro en compañía de Jose Antonio Calle, en que los estudia, describe e inscribe en la vida pastoril de la comarca. Los chozos de Campanario, es el titulo de este estudio tan recomendable y que podéis conseguir solicitándoselo a él mismo: juansanchezhuertas@hotmail.com
*Para visitar este museo puedes contactar con él (Juan Sanchez Huertas, Tfno. 924831375. Campanario)
Fotos: Arriba, Sirena, de Juan Sánchez. En medio, 'corchos' (hueveras) elaboradas con juncia (en primer termino) y con cordones reciclados (atrás). Abajo, chozo.

No hay comentarios: