Visita al museo etnológico de Barcelona. De primeras, mi menda desbordado. Objetos cesteros de Cataluña, de Andalucía, de otras zonas de la Península. Más. De Japón, Papúa, Australia o norte de Africa. Pero por encima del desborde geográfico está el de la diversidad de objetos construidos por todas partes. ¡Qué riqueza tan grande! Parece como si la gente de acá y allá hubiera estado jugando desde tiempos inmemoriales con las técnicas cesteras y los materiales que tenían a mano para desarrollar infinitos objetos con incontables aplicaciones, desde las más cotidianas a las más festivas. Y, ¡con qué imaginación! Para muestra, dos botones: fíjaos en estas botas japonesas y en esa máscara de Papúa.
Y lo más dulce, anónimas; botas y máscara hijas de las manos de un misterio que invita a dejarse deambular por él sin demasiadas ataduras a nada ni nadie.
Analisi della società del benessere
Hace 1 año
2 comentarios:
Me hubiera apuntao a esa visita tuya al museo etnológico. A ver si bajo por Madrid y os hago una visita a la tertulia. Felicidades de nuevo por el blog. Félix.
Pues fue una visita muy interesante y tanto el director como la demás gente del museo nos ha abierto completamente las puertas para investigar detenidamente sus fondos y proponerles actividades sobre cestería. Un placer y algo no muy usual, la verdad. Así que, en cuanto pueda volveré por allí y me sumergiré en sus catacumbas.A ver si entonces o por Madrid nos encontramos.Salud.
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