viernes, 30 de abril de 2010
Recicles
La obra de Lois en este aspecto ha creado escuela, es tan imaginativa como técnicamente buena y cualquiera que se acerque a ella puede comprobarlo. En el ámbito de la cestería de autor (así nombro a la que se distingue de la más tradicional, mayoritariamente anónima) hay más gente en esta linea de la recuperación de materiales y se puede decir que, como le ocurre a otras actividades artesanas, está más o menos de moda: un vistazo a cualquier revista especializada es suficiente para darse cuenta.
Lo que resulta curioso observar es cómo, paralelamente a este reciclaje cestero más o menos concienciado, corre otro sin denominación ni concienciamiento pero no menos imaginativo y de calidad. Es el que están realizando muchos de los viejos cesteros de cualquier parte de la geografía peninsular (y fuera de ella supongo que también) que faltos, por unos u otros motivos, de los materiales que habitualmente empleaban en sus labores, echan mano de todo lo que pillan (comentario literal de uno de ellos) para confeccionar sus piezas. En los medios de 'uniformación' ni se habla, ni probablemente se hablará alguna vez del trabajo de estos ancianos (no vende). Tampoco de lo sorprendente que resulta descubrir a muchos de ellos disfrutando a la hora de tejer cestillos u otros objetos en los que combinan los colores de las bolsas de plástico, por ejemplo, con el esparto, los flejes, cables de teléfono y otros muchos materiales que encuentran tirados en la playa, en algún contenedor de basuras o en la papelería de la esquina donde la tendera se los guarda. Las técnicas las mamaron de niños y a niños les devuelve jugar con ellas.
Pero hay algo más en esta 'anónima producción': la falta de intención, algo muy de agradecer por quienes tanto apreciamos esa cualidad.
Fotos:
Arriba: pieza de Lois Walpole elaborada con latas y chapas de cerveza.
Abajo: cestero andaluz con cestillos realizados con flejes, bolsas de plástico, esparto, etc.
miércoles, 21 de abril de 2010
Actividad de la Asociación Ibérica de Cesteros
Desde entonces hemos seguido en contacto con el museo y concretado volver a repetir la experiencia este año, añadiendo a las actividades del anterior un primer encuentro de cesteros del Pirineo el sábado día 3 de Julio. Previamente, a lo largo de la semana volveremos a impartir unos cursillos sobre distintas disciplinas cesteras que, en algún caso, como el de cestería de costillas, será una antesala a los que realizaremos con más profundidad en el otoño si Dios o cualquier otra fatalidad no lo impiden. Esos cursos otoñales irían encaminados ya directamente a la recuperación de su cestería tradicional y para ello pensamos… En fin, esa será otra canción que si llega el caso ya os cantaremos. De momento ya sabéis, del 29 de junio al 3 de julio cita cesteril en Esterri D´Aneu (que además es un sitio muy bonito).
Fotos: Manos del Sr. Manel a la obra.
domingo, 18 de abril de 2010
Una de xerras
jueves, 15 de abril de 2010
El primero de la primavera
Impresionante, por otro lado, presenciar los movimientos de las manos, del cuerpo entero, en el transcurso de la preparación del material y la realización del cesto por parte de alguien que lleva 40 años en el oficio. La precisión de cada gesto continuandose en el siguiente recuerdan una danza ritual.
jueves, 8 de abril de 2010
Marchando
Andaluces:
- Manuel Lores. Esparto
- Antonio Rodriguez. Palmito
-Enrique Blanco. Alfombras ubedíes. Esparto
-Paco (no sé el apellido, se lo preguntaré). Caña
Finlandeses:
-Anelma Savolainen. Cortezas, juncos, reciclajes...
-Anna-María Väätäinen. Los mismos materiales que Anelma.
-Pertti Junninen. Cortezas de abedul.
-Simo Lappi. Láminas de madera de pino.
Como en otro momento os decía, hay muchos cesteros que desgraciadamente no podrán venir, así que os iré poniendo fotos de ellos. Aquí os va la del segundo (los primeros fueron Justo y Antonia), Carlos "Soleta" que, al quedarse sin palma para trabajar, hace unas piezas preciosas con flejes de plástico en su fantástico taller.
domingo, 4 de abril de 2010
Viaje cestero a andalucía
Imposible hacer un recorrido riguroso en diez días, pero suficiente para catar lo que hay. Y lo que mayoritariamente hay en cestería (en esto Andalucía no es una excepción) son viejos. Viejos que, casi siempre en los lugares más apartados, trabajan la palma, el esparto, la caña, el mimbre o, cuando no los tienen, cualquier material de desecho que se preste (flejes de plástico, cables de teléfono, cuerdas marineras encontradas en la playa, etc.). Elaboran con ellos tanto piezas de las que aprendieron de niños para sus necesidades de entonces, como otras para nuevos usos; el gusto por los colores, las filigranas y los trenzados (la geometría) está tan presente en la cestería como en las demás artes de esas tierras, continuando así una tradición que, en este caso, parece a punto de desaparecer con ellos, un tópico que no deja de ser cierto.
Pero por suerte aún encontramos vivos a algunos cesteros. Como al Sr. Manuel, que me lo choqué mientras tejía un cestillo de esparto a la puerta de la tienda de ultramarinos familiar en Nijar. Los hizo siempre en el cortijo sin darles valor alguno hasta que se 'engolosinó' al ver cómo los turistas se los quitaban de las manos.
Otro choque fortuito tuve con Justo, viejo cestero gitano. Ya me iba de Salobreña con las manos vacías cuando allá a lo lejos destacó su imagen mezcla de cow boy y gitano que me llamó -a cualquiera se la llamaba- la atención. Más poderosa fué la atracción cuando apareció la mujer que lo acompañaba, mandil y coleta al viento. "Buenos días, ¿sabe usted de alguién por aquí que haga cestos?" Serio, respondió: "Yo mismo". Y ahí comenzó un viaje que nos llevaría a la finquilla donde teje sus canastos de caña, en tanto que en el camino de ida y vuelta, Justo y Antonia, que así se llamaba su mujer, me contaban las penas y alegrías de su vida. Había tanta maestría y espontaneidad en sus relatos como en las manos de Justo al haberselas con las cañas.
Y muchos otros cesteros encontré que darían para estar de 'contos' noches enteras pero, aquí también, para la muestra ...os dejo un par de botones. Será dificil conseguir que Justo o Antonia estén personalmente en Lugo para los Encuentros pero sus cestos seguro que estarán y, en esta arte, como en cualquiera de verdad, vida y obra van de la mano.