Los días 3, 4, 5 y 6 de junio celebraremos en el
Obradoiro de Cestería del río Rato (Lugo) los
Terceros Encuentros Internacionales de Cestería. Se titularán
Norte - Sur y contarán con cesteros de Finlandia, Andalucía y Galicia. Además de las exposiciones con las piezas de los artesanos, se impartirán cursillos, conferencias, demostraciones, etc., todo ello con la intención de que los visitantes puedan conocer y palpar directamente la cestería de estos lugares y de paso acercarse a este mundo de las fibras vegetales tan desconocido en la actualidad.
Por si os interesa, y a fin de manteneros informados sobre lo que vaya aconteciando alrededor de estos Encuentros, os invito a que echeis un vistazo de vez en cuando a este blog y a que participeis en él si os apetece con cualquier cosa que se os ocurra (preguntas, comentarios, etc.)
Para más información: CENTRAD. Tfno: 982210066 (Juan o Carlos).
Foto: pieza de Anelma Savolainen (Finlandia).
2 comentarios:
Estimado Carlos.
Déjame que inaugure mi presencia en el blog con un homenaje a Louis. Quiero que sea un homenaje a la vida y a la artesanía de vivir.
Ayer, movido por una fuerza interior decidí pedirle a Mamadú -un senegalés- que me enseñase dónde vivía a la orilla del Segura (en Murcia). No lo dudó y me llevó a una hedionda chabola en donde viven 30, 40 ó más personas de todas partes de África. Cuál no fue mi sorpresa que a la entrada estaba Louis tejiendo unos cestos con el tronco de las palmeras. No daban crédito mis ojos de lo que veía allí y que por supuesto no me esperaba. Entre admiración y desconfianza Louis me miraba y tampoco él daba crédito a lo que veían sus ojos; alguien fijándose en él. Después de enseñarme Mamadú su inmunda habitación que compartía con otros dos senegaleses me fui y prometí a Louis que volvería. Hoy he ido y mis ojos han confirmado lo que veía. Hemos estado un rato y me ha estado explicando cómo las hace y el tiempo que tarda, algo que, como bien sabes, Carlos no es necesario explicar a los artesanos del esparto. Los trabajos que hace son admirables. Me explicaba que corta la palmera y luego genera distintos tipos de varas según sea necesario (montantes, base, pared...) Es un trabajo como el de la caña pero más fino. Tardó 4 meses en aprenderlo.
Louis es un chico de Sierra Leona que nació hace 26 años. Su padre, su madre y sus hermanos murieron en la guerra y él se salvó porque un tío suyo (creo, pues mi inglés es pobre) le salvó y le llevó a Ghana. No tiene a nadie más que una chica a la que conoció en Ghana hace 4 años y a la que no puede ver.
Para trabajar sólo dispone de sus manos y de un cuchillo de cocina que no le corta bien de modo que está esperando ahorrar para comprarse uno. No sé cuánto podrá ahorrar Louis. El precioso bidón que tenía creo no estaba por menos de 25 ó 30 horas y apenas puede pedir 15 € a la gente que pasea junto a río en donde él trabaja bajo un limonero.
Le he llevado un poco de esparto y le estoy enseñando a tejer un filete de dos ramales y una guita para que pueda utilizarlo. Se me encoge de nuevo el alma cuando lo recuerdo. Me decía: "eres un buen artesano y parece que entiendes", a lo que no he podido sino responder que él si que es un verdadero artesano de la vida.
Seguro que Louis no podrá acudir a los encuentros de Lugo porque aunque son "Norte-Sur" él es del Sur pero del Sur de la Vida y ya sabemos que los del Sur siempre tienen que pagar precios más elevados. El precio de nuestra indiferencia, el precio de nuestra superioridad, el precio de nuestros abusos (coltán, diamantes, oro...). Sólo tiene una navaja que ya no corta... No tiene casa, ni padre, ni madre, ni hermanos, ni papeles... Louis no existe. Louis es un aborto de la sociedad.
Sin embargo, yo os aseguro que esta tarde me he traído el calor de su mirada, el calor de su presencia, de sus manos curtidas cuando me tocaba... Louis quiere vivir, quiere existir pero nos hemos empeñado en que no existan. Ni él, ni Mamadú, ni Conde, ni Amador, ni sus compañeros de chabola...
Mañana iré y estaré con él otro rato. Quiero aprender de su artesanía existencial mientras teje en silencio bajo el limonero.
Jesús María.
Gracias, Jesús, por el crudo testimonio que tan emotivamente nos cuentas. Desgraciadamente no podré invitar a Louis a los Encuentros por más que me gustaría. Como tampoco, seguramente, podré invitar al Sr. Justo y la Sra. Antonia, de Salobreña y a muchos otros que no cumplen los requisitos requeridos en este mundo burocratizado. Pero, como decía en otro lugar, si ellos no están, estarán sus cestos o, al menos, la huella que ha dejado en nuestros corazones el roce con tan maravillosa gente.
Publicar un comentario