lunes, 19 de octubre de 2020
Cursos para noviembre
jueves, 15 de octubre de 2020
Curso de construcción de techados vegetales. La poesía de los chozos.
La jornada inicial fue de salón: a través de un recorrido fotográfico pudimos ver distintos tipos de construcciones con cubiertas vegetales de diversas regiones del mundo, sus características y los diferentes materiales empleados. Como muchos de los participantes mostraron interés en conocer el resto de elementos que intervienen en la elaboración de los chozos (dicho a lo moderno: las bio-construcciones), el Maestro se detuvo a explicar los pormenores de ese tipo de construcciones.
El segundo y tercer día iban de taller. Una estructura de madera formando un tejado a dos aguas serviría para fabricar dos tipos de cubierta vegetal. En el primer costado utilizamos cañota (junco europeo) como material ('pasto'), y como técnica, la de atar aquélla con varilla metálica sobre una base de rieles de madera. Aprender a colocar, fijar y peinar el pasto es primordial en una buena construcción y a ello nos dedicamos por turnos.
El otro ala del tejado lo cubrimos con 'castañuela' (juncia). Para ello, previamente hicimos un entramado de caña que sirvió de soporte en el que coser a la antigua (con aguja y cordel) los sucesivos haces de pasto. Para rematar, practicamos dos tipos de 'cumbrera': una fijada con caña y la otra con mortero de cal.
Dos fases del tejado de castañuela
Un taller de tres días, en menú tan rico como es la construcción de cubiertas vegetales, no deja de ser un aperitivo. Otra cosa es que ese primer bocado deje tan buen sabor de boca que a uno le queden ganas de seguir nutriéndose, aunque sin olvidar que antes hay darse tiempo para masticar bien el entrante y digerirlo.
Pero este relatillo se quedaría cojo si no mencionara algo que recorrió -unas veces como agua subterránea y otras tan a la superficie que volaba- las tres jornadas del taller: el poético magisterio de Antonio, cosa que desborda la mera especialización en el oficio para inundar de sensibilidad y genio cada una de sus explicaciones y acciones choceras. Se hace así verdad aquello que él mismo cuenta: El oficio de maestro chocero no se puede concebir sin la poesía, sentencia que, por mi parte, extendería a esa otra actividad hermana que es la cestería.