Teníamos unas fotografías y una convocatoria: Curso de cofas.
Llegó un crepúsculo y aparecieron las alumnas.
Tenemos más fotografías y más cofas. También unas risas, un puré de calabaza excelente, un vecino que nos regala setas y conversaciones medio serias al compás del anudado de las cestas.
Ajena a nosotros una hoja verdiamarilla traza delicadas espirales en su caída del nogal del patio. Qué mundo tan extraño.
Y tu, padre, ¿dónde estás?
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