No tenía ni idea de lo que era eso del black metal hasta que Carlos Díez me lo contó: gente de los países nórdicos aderezados de pinchos, maquilladísimos, tocando músicas 'infernales' y vivíendo en bosques. Según cuenta la leyenda parece que acabaron quemando iglesias y matándose entre ellos. La cosa es que, cuando me reuní con Carlos en Madrid para preparar nuestro taller conjunto en ESDEMGA (ver gadget en la columna de la derecha), me propuso utilizar la estética y modus vivendi de esta gente (o al menos lo que sabíamos y el libro de fotos de Peter Beste mostraba) como eje de trabajo con los alumnos. El shock que podía producirnos a todos, alumnos y profes, relacionar algo en principio tan alejado del rollo metal (y particularmente del black) como es la cestería, parecía interesante, tanto por ver qué sucedía como por romper con el cliché que, probablemente, un grupo de jovenes estudiantes de diseño y bellas artes tendrían acerca de aquél viejo oficio.
Y, efectivamente, cuando lo expusimos se quedaron perplejos. La propuesta fue realizar en primer lugar una gran construcción en mimbre entre todos, y después, una pieza personal cada uno. Esas, junto a las fotos del libro que mencioné, fueron las únicas premisas y orientaciones que ofrecimos. Tras un rato de colapso, comenzaron a fluir los dibujos, las ocurrencias y finalmente, de común acuerdo nos decidimos por realizar un pequeño bosque construído con mimbre. Nada de tejer o trenzar: bridas negras a mogollón y bien puntiagudas era lo único que, con el poco tiempo de que disponíamos, nos peremitiría fabricar los árboles siguiendo una sencilla técnica que conjugaba cestería y pinchos black metal . En un día los preparamos y los emboscamos, uniendo sus copas a fin de asegurarlos y conseguir de paso una especie de abovedado que podría recordar al de una catedral.Después vinieron las piezas personales y el uso masivo de basura, perdón, materiales reciclados. Aquí ya no hubo necesidad de dar orientaciones pues la gente se puso frenéticamente a producirlas entre risas y con la imaginación desbordada.Al final del curso tocó la presentación. Nuestra perversa idea (como os podreis figurar, ya plenamente absorvidos por el black metal) era la de rociar el bosque con gasolina y prenderle fuego a modo de performance, pero.... bueno, nos desanimaron. Nos limitamos entonces a vestirnos de negro, maquillarnos rápidamente las caras y saludar al publico con el famoso gestito de las tribus metaleras.Ya en la calle, reflexionabamos Carlos y yo al fresco de sendas cervecitas, que a veces, en talleres breves dirigidos a este tipo de estudiantes, puede que, más interesante que malaprender una técnica artesana o una línea de diseño, sea 'desaprender' alguno de los estereotipos que acerca de cualquiera de esas materias solemos traer.
Foto superior de Peter Beste. Pincha aquí si quieres ver otras del curso. More pictures clicking here.
Chozas del Orihuelo (Espiel)
Hace 7 meses
3 comentarios:
fue un placer trabajar contigo Carlos!!!!!!! espero que nos veamos otra vez!
Marta
Gracias Marta, yo también lo pasé muy bien con vosotros y confío en que volvamos a vernos y hacer cosas juntos.
¡larga vida al rock!
flor
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