Hubo llenazo, de cesteros y de público. Muchos que recargaron pilas y otros que las descargaron: viendo y aprendiendo cosas diferentes; soltando informaciones, ocurrencias y novedades. Entre los participantes, además de los amigos catalanes, había cesteros franceses, rigurosos siempre en sus técnicas con el mimbre y el castaño; inglesa, Sally Goymer, de exquisita precisión en su mimbre; danesas jugetonas con el diseño que trajeron piezas realizadas con cortezas, mimbres y todo tipo de cables de colorines; italianos -muchos- con cañas, castaño, mimbres, juncos, y alegría; gallegos contundentes con el castaño y andaluces que hacen filigranear incluso al palmito.
La exposición y la conferencia de Jette Mellgren (cestera danesa invitada especial de este año) fueron muy interesantes. La primera se centró en tres tipos de piezas: cestos realizados con cables reciclados que, debido a la técnica de elaboración y al propio material permiten modificar su forma según la necesidad o gusto. Vestidos pensados para una colección colectiva y, finalmente, nidos inspirados en nidos. La conferencia hizo un recorrido por la cestería danesa, breve en cuanto al pasado debido a las pocas informaciones que se tienen y más extensa por lo que toca a la actualidad en la que, cestería, es equivalente a nuevas formas tanto en objetos como en grandes construcciónes a partir de técnicas 'importadas' en los últimos años a través de cesteros ingleses, franceses, etc.
También hubo certamen, el premio se lo llevó Antonio Rodriguez con un bolso exquisito tanto en diseño como en elaboración. Pero la cosa fue reñida, había mucha calidad en la mayoría de las cestas. El jurado (podían inventar otro nombre más bonito, ¿no?) estuvo de acuerdo en casi todo pero especialmente en que todas las piezas son igual de respetables y que esto de premiar es fundamentalmente por animar a la gente a hacer cosas por el gusto de hacerlas especialmente bien.
Y, qué más os cuento. Pues que, como es habitual en esta feria, la organización (nuestra enhorabuena a Carles Sabat por su excelente disposición en todo momento), proporciona a los cesteros una casa de colonias donde alojarnos, cenar, desayunar y en la que, de paso, charlamos hasta las tantas en tantos idiomas como podemos. El sábado se organizó un fiestón con cuentacuentos políglota y bailoteo hasta las mil en el que, cómo no, aprovechamos para reirnos con ganas de tánto cesto, cestero, cestería y cesterismo.
Arriba, foto de la pieza ganadora del Certamen. Pincha en ella para ver otras.