Ya en el primer viaje me había encontrado con ellas: unas alpargatas de palmito que la gente de las tierras rifeñas había utilizado hasta hace poco (aún se encuentra quien las lleva). Las 'tesira tigasdant´(disculpas por la ortografía) que allí llaman, son tan sencillas como hermosas y por suerte, en mi curso de Bades, Khadej, una de las participantes, las hacía a menudo. Le pedí si me enseñaba y fue dicho y hecho, al día siguiente estábamos haciendo trenza. Fueron cuatro o cinco tardes las que dedicamos a ello al acabar las clases: en corro con algunas otras de las mujeres del curso, entre risas, amabilidad y mucha complicidad, las alpargatas fueron acabándose. Con el permiso de mi maestra fui grabando y fotografiando todo el proceso: un documento que guardo con mucho cariño y que considero puede ser especialmente interesante para otros. Aquí algunas fotos de aquello.
Tal vez Khadej nunca tenga noticia de esta entrada de blog y me alegraré, al fin y al cabo querrá decir que por suerte vive ajena a este pobre mundo virtual. Pero confío en que mi renovado agradecimiento y cariño le llegue por caminos quizás más oscuros pero también más verdaderos.
Nota: Por cierto, en la última foto luzco un collar de conchitas marinas que una jovencísima alumna hizo y me regaló. Precioso. Gracias también a ella.