A veces sientes que te despides. De
nada en concreto. Sin más, que dices adiós. ¡Adiós, chabola*!, cuando la chabola es una excusa. Y hay ternura y como una vuelta atrás ahí, en ese no lugar donde
'nada-en-concreto', chabola, adiós y uno se confunden en retirada.
Pero antes hubo sol y la confusión
aparecía limitada por la luz, los colores y las distintas formas que
una y otros definen. Habíamos construido aquéllo** a base de
ensamblar aristas, unir arcos, fijar columnas, presentar paneles,
tejer mimbres alocadamente o atados en fajos.
**Artiola nos había contactado a Joan Farré y mi con el fin de participar en unos Encuentros de cestería que querían organizar. Propusimos construir algo con mimbre, hacer una pequeña pieza cestera y dar unas charlas. La buena disposición y organización de Artiola dio luz verde a todo. Los amigos que se apuntaron al Encuentro fueron quienes pusieron manos e ingenio en ello. Queda la obra en el malecón de Zarautz y confiamos en que la gente disfrute de ella.
Chabola en Zarautz y chabolita en
Otaza (Vitoria)***. Chabola para uno en grupo y chabolita para el grupo que hay
en uno. Sólo diferencias de forma, algo con lo que acostumbran a
jugar mimbres y mimbreros cada día.
Previo a ello, una
ocurrencia caída del mundo de las ocurrencias posibles, que,
dibujada en papel y después realizada, decía así también adiós: todo
lo que está hecho, se despide de ser… posible.
* ¡Ah, una chabola!, es lo que tan genialmente exclamó Patxi Azurmendi (cestero de los de tradición y aldea, que se defiende mal en castellano) cuando le explicábamos que aquéllo que estábamos construyendo sería una 'pérgola'.**Artiola nos había contactado a Joan Farré y mi con el fin de participar en unos Encuentros de cestería que querían organizar. Propusimos construir algo con mimbre, hacer una pequeña pieza cestera y dar unas charlas. La buena disposición y organización de Artiola dio luz verde a todo. Los amigos que se apuntaron al Encuentro fueron quienes pusieron manos e ingenio en ello. Queda la obra en el malecón de Zarautz y confiamos en que la gente disfrute de ella.
***En el segundo caso fué Garaión quien me contactó para realizar un curso con ellos. Antiguos y nuevos amigos cosiendo paja, tejiendo mimbre y ensamblando cortezas de castaño. Para finalizar, aprovechamos unas viejas bobinas de cable eléctrico para construir con mimbre unos 'refugios asientos' sobre ellos. Bonita experiencia. Gracias de nuevo a las amigas de Garaión por su super hospitalidad, organización y gran empeño en favor de la cestería.