- Solía planear sobre estos campos pero últimamente no lo hago mucho.
- ¡Ah, la maravilla de liberarse de una ley!
- Hombre, le encuentro muy pájaro.
- Desobediente, sólo.
- ¿Obedece a algo esa desobediencia?
- No sea pillo…
- Le invito a una merienda.
- ¿Sin hambre?
- No es necesario que la tenga usted. Es una merienda sin
ningún propósito ni invitado en particular.
- Extraño convite.
- Un mundo que se devora a si mismo.
- ¿Se refiere a éste?
- Sí, a éste.
- ¡Tamaña bacanal! Debe de gustarse mucho.
- Sí, a si mismo pero en el otro.
- Claro, ¿cómo si no? Pues vale, pero ya estaba invitado,
gracias.
- A que ahora le da igual volar.
- Ya vuelan los pájaros, es cierto. Poco desobedecía yo.
- Aun así, la maravilla del vuelo, ¿eh?
- Sin saber dónde va.
- Como estas palabras.
- Como escuchar.
- Como escuchar.
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