miércoles, 25 de julio de 2012

Barrilito

Y de pronto vas y te enamorisqueas esta noche. De un barril nada menos. Podía haber sido esa cortinilla de gasa blanca que balancea la brisa en la ventana quien te sedujera, pero no, ha tenido que ser este barril. Ni barril, barrilito, ya ves, en una mano te cabe de tan pequeño, ¡que es que casi ni para vino vale! Igual es por eso por lo que te has prendao de él. Redondito, achatado, que parece una tortuguita con las patas recogidas y la cabecilla olisqueando algo ahí delante. Tan tierno tu y tan tonto yo que sólo se me ocurre cogerte y acariciarte y abrazarte, y...yo qué sé. “Mi padre los traía de Valladolid, que es donde los hacían”, me contó Tomás, el amigo que me lo ha regalado. A saber las vueltas que diste hasta llegar aquí viejito y maltrecho como estás. Pero mira, que no quiero saber tu historia, que así sin más te me haces joyita suave de mimbre sobado y paja vieja entre estas manos y a vueltas de palparte me las estás deshaciendo. “¿Quieres dormir conmigo esta noche?” Claro que sí bonito. Y ni mu más, que toda ella sean ya mis caricias y algo más grande, tu dejarte acariciar.

miércoles, 11 de julio de 2012

De vallas

Ésta va de vallas en Valladolid, que era de lo que trató el curso que la semana pasada tuvimos organizado por CEARCAL. Y ¡vaya la que montamos! Que si empezamos por hacer unas pequeñas en lo alto a fin de cumplir con la idea: aterrazar con muretes de mimbre y castaño un terreno desnivelado a fin de poder poner tierra y plantar sin que el agua arrase con ambas cosas. Que si se nos ocurre que las siguientes terrazas sean un poco más altas y con formas sinuosas. A la tercera serie ya no son sólo más altas, también dejan huecos en el tejido abriendo así la posibilidad de que sirvan para que en su momento algunas plantas asomen y cuelgen por ellos.
(Pincha en la foto si quieres ver más. More pictures clicking on the one on top. Otras también pinchando aquí)
Y ya se nos va la pinza y en las siguientes series aparecen espirales, contra-terrazas, formas en definitiva que no sólo juegan a servir para algo concreto sino que en conjunto ofrecen un entramado de líneas-vallas que varía su dibujo con sólo cambiar un poco la perspectiva. Pasamos calor trabajando, así que recurrimos a sandías o tintitos de verano ocasionales para sobrellevarlo. Alguno añoró esa amaquita bajo el árbol que tiene en su finca y con la que ponía los dientes largos a los demás pero entre risas y buena disposición la construcción se llevó muy bien. El hecho de no tener un proyecto cerrado, normalmente ayuda y este caso no fue una excepción. La libertad a la hora de construir, improvisar o reparar errores cometidos te sorprende tomando decisiones y soluciones que abren vías no previstas y que a su vez llevan a otras en un proceso que atisbas sin fin. Pero tienes que parar, es ley ¿de vida?, y paras...o más bien, haces que paras. Enhorabuena a Ikerne, Alain, Monse, Belén, Miguel, Isabel y Rubén por la construcción y por pasarlo tan bien juntos. Agradecimientos de nuevo a CEARCAL por facilitar y acoger estos experimentos.