domingo, 2 de diciembre de 2018

Por tierras vascas

A veces hay carambolas. Por ejemplo, que te llamen para dar un curso en Bilbao, acto seguido te inviten a impartir otro en Donosti y finalmente uno en Alava. La guinda la pone que todos coincidan en el mismo mes. Cuadras fechas con los tres organizadores para hacerlos de un tirón y, llegado el momento, te las piras para allá.
Donosti. Academia Zurjole.
Este verano se presentaban en Caballar, Daniel y Amaya. No nos conocíamos de nada pero tras una breve y amable conversación en la cocina ya nos sentímos cercanos. Al poco rato habíamos acordado, entre otras cosas, realizar algún curso en la academia que dirige Daniel en Donosti. Finalmente se decidió que sería el 16, 17 y 18 de noviembre: dos días y medio en los que tocar varios palos cesteros: juncos, mimbre y esparto.
El viernes por la tarde lo dedicamos a la técnica de 'burkina' aplicada al junco bayón.
El sábado al mimbre, realizando un cesto con asa de palo y, como ya dije en otra parte, tomando la calle. El día se presentó soleado y sin dudarlo nos salimos a la acera a trabajar en corro. La gente, al pasar, mostraba su alegría, se detenía, preguntaba,... El espacio público, recuperado como lugar de disfrute, nos recordaba la triste cosa que ha venido a ser en los últimos tiempos: un corredor sin mucho más sentido que el de desplazarse para comprar o vender (en sus múltiples variantes). Te quedas pensando si esto no será una metáfora de aquello en lo que se está convirtiendo el camino de la vida bajo el régimen imperante en lo que llamamos 'primer mundo'.
El domingo el tiempo empeoró así que, refugiados en el acogedora academia, dedicamos la mañana al mimbre y la tarde al esparto.
Loable la labor de Daniel, junto a sus colaboradoras Amaya y Mari Mar, en el mundo de la artesanía y admirable su tenacidad por intentar revitalizar la cestería pese a todas las dificultades que conlleva.
Getxo, Bilbao.
También este verano, pero ya en setiembre, recibía un email de Alejandra, a quien tampoco conocía, imvitándome a dar un curso en su casa particular. Las participantes en este caso eran un grupo de amigas suyas y por tanto el curso no estaba abierto al público. Fue muy interesante conocer este registro nuevo para mí de curso 'cerrado' y la posibilidad de entrar en un ambiente no habitual en el mundo de la cestería. Días y compañía muy agradable en los que trabajamos con mimbre y con esparto.
Garaión (Ozaeta, Alava).
Garaión es, para mi, un lugar frecuente de peregrinaje cestero casi todos los años. Amaya y Julia, que son quienes están al frente de este centro de actividades tan diversas como interesantes, son buenas amigas desde hace bastantes años y, enamoradas de este oficio, siempre que pueden organizan algo de cestería.
Lois y Joan a través del 'Mirador'
En esta ocasión, además del duo compuesto por Joan Farré y el que escribe (habituales colaboradores en lo que por allí se hace cesterilmente hablando), invitaron a otra cestera y gran amiga de ambos: Lois Walpole. La propuesta para los días 23, 24 y 25 pasados era realizar un par de construcciones con mimbre vivo. La de Lois corría a su cargo y le ayudaron en ello Saioa y Josune, dos amigas y colaboradoras de Garaion: un precioso 'Mirador' elaborado con sauce y tubería de plástico corrugado sería su trabajo.
'Mirador'. Obra de Lois Walpole para Garaion
Por la parte que nos tocaba a Joan y a mi, la actuación funcionaba como curso y en él participaron diez personas. Entre todos construimos una pérgola de unos 10 metros de longitud y alrededor de 3 en su parte más alta. Pasar los tres días entre risas y buen ambiente ya es un clásico en este tipo de actividades.
Comienzo de la pérgola
Amanecida en Garaion. A la derecha, la pérgola de este año. A la izq., la de hace dos años.
Acabada la construcción, Joan y Lois marcharon y comencé, en compañía de Amaya, a realizar el otro encargo que me habían hecho: iniciar una investigación sobre la cestería en Alava.
El Sr. Ismael mostrando uno de sus cestos de paja y zarza
Tres días intensos en los que nos dio tiempo, al menos, a contactar con algunos viejos cesteros como el Sr. Ismael y trazar las primeras líneas de lo que fue la cestería en la 'llanada alavesa'. Los enormes cestos de paja cosidos con corteza de zarza se presentan como emblemáticos de la cestería popular de la zona.
Junto a ellos, pero trabajada ya de una manera profesional, lo que fue la industria cestera de mimbre en Agurain. Sobre ello y su experiencia en el oficio nos contó Rosa, a la que visitamos en Okariz. Veinte años dedicada a una actividad que aprendió mirando a los cesteros que aun quedaban en Salvatierra. Muchas experiencias en todos esos años y un gran amor al mimbre que nos fue relatando en una interesante entrevista que gravamos y tal vez algún día podamos compartir.
Y en paralelo a las grandes producciones, como suele ocurrir, algún discreto pero encantador descubrimiento: en esta ocasión, una cesta elaborada con avellano que encontramos en el museo de Zalduondo. Sin ningún dato registrado, las solas noticias que puedo aventurar sobre él son, por un lado, que parece obra de algún campesino y, por otro que, dada su buena construcción, no debió de ser un tipo de cesta inusual en la zona.
El jueves el cansancio ya era notorio, así que decidimos dedicar la jornada a algo relajado: juntarnos alrededor de la maravillosa estufa de la casa y, calentitos, aprender la fabricación de algunos 'juguetes' vegetales (barquitos, peces, escobillas...) que las amigas de Garaion puedan emplear en sus cursos con los críos de las escuelas y los que frecuentan la finca.
De izquierda a derecha, Miren, Amaya (al fondo) y Julia

4 comentarios:

Unknown dijo...

que bien Carlos. Crear arte y círculos sociales.

Carlos Fontales dijo...

...y amigos. Sobre todo eso. Fenomenal, desde luego. Gracias por tu comentario.

Unknown dijo...

Well done! Thanks for doing what you do to capture and record these basketry traditions!

Carlos Fontales dijo...

Gracias a tí por apreciarlo y a los informantes por prestarse tan generosamente a ello.