Juanito labra, raja, corta, teje o compone los cestos tan rápida como magistralmente. Es verdad, estás ahí y estás observando a un maestro. Harían falta muchos días en su compañía para aprender un poco de lo que sabe, él y sus manos. Desde los 11 años dale que te pego al castaño es sólo una parte de la explicación. Su imaginación y vitalidad añaden algo más de comprensión, pero ¿cuántos niños de ochenta y tantos años nos encontramos en la vida? Pues éste es uno y seguro que eso tiene mucho que ver con su inmensa capacidad creativa. Estoy por el País Vasco recorriendo cesteros y en la visita que le he hecho Juanito Unzueta no ha parado de jugar con el niño de año y poco que nos acompaña. Labra una tira de castaño y según sale limpia del banco se la coloca alrededor de la cara haciendo reir al crío. En su acción no ha habido separación entre trabajo y juego, tal vez porque para él estén confundidos. Tampoco cuando, para mostrarnos la fortaleza de su construcción, se ha subido a uno de sus cestos-silla y los primeros y bruscos saltos han pasado sin más a ser tan burlescos como los que daría el chaval que le observa estupefacto. Uno se siente alegremente desbordado por el personaje y sus conocimientos, recoge lo más inmediato de su producción cestera y se reserva un aliento para animar desde aquí a algún amante de estas cosas que tenga más a tino a este maestro para que, con paciencia y disfrute, aproveche pronto para aprender y recoger de él cuanto pueda. Fabricar una cesta para el juego de pelota vasca no es ninguna tontería. La pieza, de por si hermosa , es técnicamente complicada. Miguel Angel Arriaga es uno de los últimos cesteros que siguen fabricando estas cestas en Euskadi. Quedan pocos, tal vez media docena, y él es el más joven. Muy amable y ordenadamente, me explica el proceso de elaboración. Aro y costillas de castaño, primero. Otro artesano ya se los manda con la forma que necesita y con ambos monta la cesta a gusto del ´cestapuntero' que se la haya encargado. Después, pacientemente, teje la cesta con tireta de mimbre que prepara a la medida precisa,. Un montón de horas y una sabiduría que, como tantas otras en cestería, están sin transmitir a las generaciones que van llegando.Echo de menos en los cesteros que he podido contactar, alguno que siga fabricando las antiguas cestas de costillas que por estas tierras se fabricaban tanto para el mundo del mar como para el del interior. Tan sólo algunos testimonios en los museos y la sospecha de que, de otras piezas y conocimientos, seguramente no haya quedado ni eso.
English version by Nacho Gil
Around Euskadi (1)
Juanito planes, splits, cuts wood, weaves or builds baskets as fast as masterfully. It is true, you are there and you are watching a master. It would be needed many days in his company to learn a little of what he knows, he and his hands. From the age of 11 over and over again with the chestnut tree is only one part of the explanation. His imagination and vitality add some more understanding, but, how many children of eighty and some years old do we find in our life?. Well then this is one and sure that this has much to do with his immense creative capacity. I am in the Basque Country roaming for basketmakers and during the visit I have made to Juanito Unzueta, he has not stopped for a second playing with a child little more than a year old who comes with us. He planes a chestnut tree strip and so it comes out cleaned of the bench he places it around his face making the kid laugh. In his action there has not been any separation between work and play, maybe because for him they are both mixed up. Not either when he has gone up on one of his baskets-chair, for showing the strength of its construction, and the first and abrupt jumps have happened without further to be so burlesque as it would be those of that kid who watches him stunned.
One feels joyfully overwhelmed by the character and his knowledge, gathers the most immediate of his basket production and keeps in reserve a breath to encourage from here to any lover of these things who has a closer destination to this master for, with patience and enjoy, take advantage soon for learning and gather from him as much as possible.
Manufacturing a basket for the game of ‘jai alai’(2) is no nonsense. The piece, in itself beautiful, is technically complicated. Miguel Angel Arriaga is one of the last basket makers who still produce these baskets in Euskadi. There are few, perhaps half a dozen, and he is the youngest. Very friendly and orderly he explains to me the manufacturing process. Rim and wood plates from chestnut tree, first. Another craftsman already sends them with the required form and with both he mounts the basket to the wish of the 'jai alai' (2) player who had ordered it. Later, patiently, he weaves the basket with ribbon of wicker, which has prepared to the accurately measure. There are a lot of hours and a wisdom which, like many others in basketry, are without transmission to the generations that are arriving.
I miss among the basketmakers with whom I have been able to contact, any who still makes the old baskets of ribs which were manufactured by these lands both for the sea world as for the inland. Just a few testimonials in the museums and the suspicion that, of other pieces and knowledge, certainly has not remained even that.
(1)‘Basque Country’ as it is called in Basque language
(2)It is a variety of Basque pelota. It is called ‘zesta punta’ in Basque and ‘’cesta-punta’ in Spanish (literally: ‘edged basket’), and it is known outside Europe as ‘jai alai’.
Chozas del Orihuelo (Espiel)
Hace 7 meses
2 comentarios:
Qué recuerdo bueno esa cestita de costellas! Un abrazo. Roberto
Tu lo has dicho, buen recuerdo. Cualquier día nos lanzamos a otra por aquellos lares. Un abrazote.
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