En esta ocasión se trataba de hacer un curso de acercamiento a tres de los materiales más comunes en la cestería ibérica: mimbre, esparto y madera rajada. Durante cinco días las ocho participantes emplearon casi todas las horas de luz que el mes de junio brinda (un montón) para realizar distintas piezas con esas fibras. Entre conversaciones, risas y alguna que otra sorpresa, de sus manos fueron surgiendo cestas, alpargatas o sonajeros a la vez que, sin darse cuenta seguramente, entre sus dedos iba quedando la impronta y memoria de la flexibilidad de los mimbres o la cruda aspereza del esparto. Pero como estas últimas cosas actúan oscuramente y en silencio, dejémoslas ahí con respeto y demos noticia e imagen de lo otro, de lo que se ve. Aquí van algunas fotos (esta vez en blanco y negro por estar más en sintonía con la antiguedad del lugar) y mi agradecimiento y enhorabuena tanto a la organización (Joana, Kerstin,...) como a todas las participantes, ya amigas.
Preciosas y sensibles palabras y fotografías. Siempre que asisto a uno de tus talleres me siento envuelta en una sensación de magia,alquimia...en cada trenzado va un pensamiento,una sonrisa,un,lo puedo hacer!!! Y alguna palabra disonante también sale corriendo entre las comisuras del mimbre, jajjaa
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